COLECCIONES


El Museo Arqueológico conserva materiales de variada y amplia cronología, comprendida entre el Paleolítico, para los más antiguos, hasta el siglo XVIII-principios del XIX, para los más modernos. La mayor parte de ellos son de origen local o comarcal, y proceden en gran parte de las prospecciones y excavaciones realizadas por el propio museo.

Para su exposición, estos materiales están dispuestos en diversas vitrinas y pedestales, a lo largo de la nave, capillas, brazos del crucero y cabecera de la iglesia, siguiendo un riguroso orden cronológico, según los distintos periodos culturales.

Aspectos medio-ambientales 2. Paleolítico y Neolítico 3. Calcolítico 4. Edad del Bronce 5. Cultura Ibérica  6. Cultura Romana y Tardorromana  7, 8 y 9. Cultura Islámica  10. Cultura Cristiana Bajomedieval  11. Cultura Moderna y Contemporánea.



-Paleolítico:  a esta etapa cultural pertenecen un conjunto de cantos rodados trabajados procedentes del Glacis-terraza de Hurchillo, entre los que se encuentran varios bifaces, datados por A. Cuenca, P. García, G. Iturbe, I. Lorenzo y M.J. Walquer entre el 33.000 y 28.000 B.P., mientras que para R. Montes se trataría de una industria del Achelense Inferior.

-Del Calcolítico (2500-1900/1800 a. J.C.) son serie de útiles procedentes tanto de cuevas de enterramiento (Cueva de los Roca, Cueva de San Antonio de Padúa, Cueva de Carlos IV, etc.) como de poblados (El Rincón, El Cabezo, Las Espeñetas, etc.). Entre los diversos objetos hay que destacar la presencia de puntas de flecha y cuchillos de sílex, mazas, azuelas y hachas de piedra pulimentada, punzones de hueso y de cobre, cuentas de collar y cerámicas (vasos ovoides principalmente).

-Pertenecientes a la Cultura Argárica (1900/1800-1300 a. J.C.) hay que destacar materiales variados, procedentes de las excavaciones realizadas por J. Furgús en Orihuela y Callosa de Segura, tanto metálicos (punzones, puñales y hachas planas de cobre arsenicado), como cerámicos (cuencos, boles, vasos globulares y carenados, copas, etc.),  óseos (punzones, rectángulos y espátulas) y líticos (elementos de hoz de sílex y piedras de molino barquiformes).

 -De la Cultura Ibérica (550-40/30 a. J.C.) destacan los conjuntos cerámicos de San Antón, Los Saladares y Calle Miguel Hernández, y dos esculturas del Cerro de los Santos (Montealegre del Castillo, Albacete): una cabeza femenina y una pequeña dama oferente.

-Pertenecientes a la Cultura  Romana (40/30 a. J.C-Siglo V d.C.) destacan conjuntos cerámicos (ánforas, cerámicas comunes y sigillatas), ungüentarios de vidrio y monedas de diversas procedencias. Especial mención merecen varios mosaicos, procedentes de Cehegín, fechables en torno al siglo IV d. J.C.

-De la época Tardorromana (Siglo V a principios del VIII d. J.C.) sobresalen tres botellas cerámicas de época visigoda, un capitel compuesto con dos coronas de hojas de acanto (fechado entre los siglos V-VI d. J.C.) y la “Lápida de Orihuela”, importante estela hebraica fechada en torno al siglo VI-VII d. J.C., en la cual está representado el candelabro de los siete brazos flanqueado por dos pavos reales.

-De la Cultura Islámica (Siglo VIII a mediados del XIII) hay que destacar los variados y abundantes conjuntos cerámicos procedentes de las excavaciones realizadas en el Casco Antiguo de la ciudad, con gran variedad  de formas cerámicas representadas (jarro, jarrita, tapadera, anáfe, alcadafe, arcaduz, ataifor, candil, marmita, tamborcillo, alambique, etc.) y de técnicas decorativas (pintura, esgrafiado, cuerda seca parcial, impresión, peinado, etc.). Especial interés tiene, entre los materiales no cerámicos, la colección epigráfica del museo y varios monumentos funerarios restaurados que proceden del Cementerio de la Muralla (junto a la Plaza de la Soledad).

-De Época Bajomedieval y Moderna (2ª mitad del Siglo XIII al XVIII) destacan las diferentes series cerámicas gótico-mudéjares y lozas de los siglos XVII y XVIII, procedentes de alfares valencianos (Manises y Alcora) e italianos (Savona).
Finalmente, queda reseñar que en el presbiterio de la iglesia se expone una obra de singular importancia, el paso procesional de La Cruz de Labradores (o “La Diablesa”), singular obra de Nicolás de Bussy fechada hacia 1694-95.


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